PARTICIPA

PARTICIPA

jueves, 31 de mayo de 2012

Correo Dr Gavilan en MEDFAM



Florencia comenzó su declive hace ahora 8 años, cuando le detectaron un ictus hemorrágico. Ahora tiene 89, y una demencia muy evolucionada que la tiene encamada las 24 horas. La cuida con mucho cariño su hija, Leonor, que sabe diagnosticar una infección respiratoria sólo con ver el aleteo de la nariz de su madre.

Da la casualidad de que al tiempo que están subiendo las temperaturas de este verano anticipado Florencia tose cuando su hija le da, con sumo cuidado, buches de agua. Viene apurada a decírmelo, sin saber qué hacer. No es la solución, claro (hay solución para este tipo de problemas, me pregunto), pero puede que los preparados para espesar los líquidos le eviten una aspiración y la consecuente neumonía. 

Aquí tropezamos con el aparato burocrático que, éste sí que no, a pesar de su ineficiencia, sigue en pie y nadie se cuestiona. No puedo hacer receta de ningún espesante, porque la inspección tiene que tener encima de la mesa un informe "del especialista". Pero Florencia no está para ir a ver a ningún especialista. Sólo precisa una maldita receta para que unos polvos mágicos le permitan beber y no deshidratarse con el calor. 

"Está en una orden ministerial", dice el inspector. 

Hace unos meses, semfyc sacó una nota de prensa al respecto del papel de las inspecciones médicas. Una de las conclusiones del informe que elaboraron concluye que 

El uso del visado como herramienta de contención de gasto farmacéutico, aún siendo lícita, no debe afectar a las necesidades terapéuticas del paciente

Las alternativas que me plantean desde la inspección + las que puedo ofertar a Leonor-Florencia son:

- Derivar la paciente a una consulta hospitalaria para que el especialista certifique lo que todos ya sabemos y con el informe deshacer el entuerto. Tiempo de ejecución: varios meses, en función de la agenda de la consulta que se trate (como es lógico, no procede derivación preferente -¿o sí?-).
- Descolgar el teléfono, intentar localizar a un geriatra o un neurólogo, que se fíe de mí para que me haga un informe y que me lo mande para que la inspección pueda autorizar la prescripción. Tiempo de ejecución: de un día a varios, en función de la disponibilidad de usía.
- Que Leonor vaya a la farmacia y se gaste las perras. Tiempo de ejecución: un par de minutos.

¿Cuál creéis que es la opción que ha elegido Leonor? 

¿Qué papel tienen las inspecciones: seguridad del paciente o control de gasto? 

¿Porqué no estamos autorizados a emitir informes para este tipo de prescripciones tan precisas?

¿Alguien de semFYC puede informar cuál ha sido la respuesta de las administraciones a este informe?

¿Nos hacen caso las administraciones cuando les planteamos cuestiones tan básicas como éstas, que no van dirigidas más que a atender necesidades primarias de nuestros pacientes, como es en este caso, la necesidad de beber líquidos sin que eso suponga ninguna complicación?

¿Creéis que estoy un poco espeso hoy?
 
Como se puede resolver este caso en nuestro centro interconsulta sin presencia del paciente y visado de nuestra referente de Interna, solucion en 3-4 dias.Caramba y a veces que creo que estamos mal.....

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Danos tu opinion, enriquece el post.